Estudiantes animados
Unas de las cualidades que el docente debe tener siempre es ser una persona animada. Y existe una gama de técnicas de animación que favorecen los aprendizajes en el aula. Los métodos de enseñanza deben ser dinámicos y activos, que produzcan conocimientos sobre una plataforma lúdica. En ese sentido, la animación socio-cultural viene a ser relevante cuando en materia de impartir docencia se habla. Bueno, desde el mismo origen de la palabra animación ya se habla de vida, de dar vida.
Es normal que los/as estudiantes esperen ansiosos la hora del recreo o la hora de ser despachados para sus casas. Pero lo que no debe ser normal es que crezca el deseo de marcharse al patio o hacia su casa de manera violenta como si estuvieran enjaulados en el aula y ese timbre de salida sea su salvación. Para eso, el manejo de las técnicas pedagógicas es vital en el profesorado. Hay que lograr el entusiasmo de los estudiantes, de manera que cuando suenen los aludidos timbres de salida, estos ni los perciban porque están verdaderamente ocupados con sus trabajos en las aulas.
Aprender haciendo, es la clave. Mientas los estudiantes están ocupados e interesados como si estuvieran en un laboratorio, los aprendizajes suelen ser más significativos. Hay que convertir el aula en un gran laboratorio.
En la experiencia como docente de la cátedra de Animación Socio cultural y Artística en la Universidad Tecnológica del Sur, en República Dominicana, he comprobado la importancia de estos procesos. Un caso fue el caso de la clase de Educación Artística desarrollada en el mes de enero 2009 en la Universidad Tecnológica del Sur, -UTESUR-. Los/as participantes trajeron diferentes materiales obtenidos en las tiendas y en el medio. Entre ellos figuraron: una cuchara, semillas, papel de colores, cartulinas, pintura tempera, hilo, barbas de maíz, borra de café, aserrín, pinceles, hojas secas, tijeras, etc. El propósito, con ayuda del profesor López, era la construcción de títeres de cuchara.
El proceso se dio inicio con las pautas trazadas por el profesor, que incluso pudieron ser modificadas siempre con el norte en lograr los propósitos de la clase. Los/as estudiantes se colocaron por parejas, tomaron sus cucharas y comenzaron a crear figuras humanas de ambos sexos en formas de títeres. El resultado fue sorprendente, la capacidad de trabajo de los y las participantes puso de manifiesto si facultades estéticas.
Pero eso no se queda solo en la elaboración de títeres sino que en las próximas secciones los estudiantes los utilizarán para impartir docencias, tomándolo como recurso pedagógico.
Autor: Virgilio López Azuán, postulante al Ph.D en Educación UNIVERSIDAD DE MURCIA